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¿Cómo crear una oportunidad en esta crisis?

El ser humano tiende a la inercia, a la inmovilidad. Mientras todo funcione más o menos bien, se conforma sin aspirar a grandes cambios y prefiere su tranquilizadora rutina. En esas circunstancias no se ve obligado ni a la innovación ni a la adaptación permanente. Sin embargo, en este cómodo estado de tranquilidad, no se pueden generar tampoco logros extraordinarios porque no se exigen esfuerzos creativos. En muchos casos, no reconocemos los primeros síntomas de una crisis, o por lo menos los postergamos, para no alterar la tranquilidad de que disfrutamos. Sin embargo, detrás de esta calma, la crisis sigue desarrollándose y de repente se derrumba con gran estrépito encima de nosotros.

Entonces, nos quedan solamente dos opciones: permanecer en la inercia y lamentar nuestro triste destino convirtiéndonos en víctimas de la crisis, o movilizarnos, cambiar, ser creativos y tomar decisiones.

¿Qué es crisis? La palabra crisis en el idioma chino tiene dos significados: “peligro” y “oportunidad”.

La crisis es siempre una ocasión de evolución o de desintegración. Es un periodo de transición: lo que era ya se fue y lo que viene no ha llegado todavía. Es una situación en que los patrones vigentes son rotos por acontecimientos emergentes y de alguna manera, inesperados. Esto ocasiona un trastorno que provoca perjuicio para muchos y beneficios para aquellos pocos que supieron transformarla en oportunidad.

Mientras las cosas están bien, la gente se resiste al cambio, aun cuando sea obvio que éste le será beneficioso. En tiempos de crisis, cuando está más allá de toda duda que un cambio de sentido es necesario para evitar el desastre, se acepta casi todo cuando se pide romper viejos moldes, perder influencia y abolir prerrogativas establecidas. En tiempos de crisis, el espíritu humano parece liberarse de todos esos obstáculos que llevamos con nosotros y que nos impiden hacer lo que más nos conviene.

El poder de la visión


En tiempos de crisis es importante tener una visión clara de a dónde se quiere llegar. Una persona sin visión es una persona en riesgo. Una nación sin visión es una nación en riesgo. Una empresa sin visión es una empresa en riesgo. Para que la visión se trasforme en realidad es necesario que exista una cultura que apoye esta visión, que se traduce en una actitud positiva y una acción positiva. Muchas veces, para construir una visión se da alguna destrucción. En ese caso, es una autodestrucción constructiva. Como decía Pablo Picasso: –No hay construcción sin destrucción.

El mundo de los negocios está asumiendo hoy responsabilidades antes otorgadas al sistema educacional, a la Iglesia y al Gobierno. Además, el ambiente de trabajo es más que nunca un lugar propicio a la realización personal de todos aquellos que allí trabajan. Una empresa es un fenómeno lingüístico constituido de conversaciones específicas que crean una red estable de acuerdos y compromisos y es el escenario para esta realización personal.

Si quieres ser parte del cambio o dejarte llevar por ella, quedará en una sola cosa, tu decisión, pero recuerda: al tomarla deberás responsabilizarte de la consecuencia.